Hacer un buen caldo de sopa no es difícil. Se trata de poner a cocer en abundante agua algunas verduras (puerro, zanahoria y cebolla, en nuestro caso) junto con contramuslos de pollo, que nos encanta cocido. Si empleas una olla muy grande tendrás caldo de sopa para varias ocasiones, que podrás congelar en recipientes herméticos y emplear en otras ocasiones en que lo que más te apetece en el mundo es una sopita casera. También puedes congelarlo como cubitos y añadirle uno a algún guiso para darle más sabor.
Cuando no sepas qué hacer de cena puedes descongelar un caldito y añadirle pasta para la sopa y, si la enriqueces, ya tienes un plato completo para toda la familia. ¿Cómo? Añádele algunas verduras crudas o cocidas cortadas en trocitos y alguna proteína: pedacitos de pollo, de pavo, de jamón, de huevo cocido o tortilla francesa, guisantes o garbanzos cocidos … y a disfrutar.
¿Aprovechas las sobras de comida para hacer comidas nuevas o las consumes tal cual estaban cocinadas? ¿Has probado alguna vez la “sopa enriquecida”?