¿Te sonríes por la mañana delante del espejo?
La sonrisa es contagiosa y una sana costumbre que repercute en nuestro bienestar emocional.
¿Cómo hacerlo? Ponte delante de un espejo. Si es de cuerpo completo es más divertido. Salúdate con una sonrisa. Puedes hacerte muecas también y acabarás riéndote. Y si te dices cosas agradables para automotivarte seguro que empiezas el día con buen pie. Además de un hábito provechoso para ti, lo es para quien te rodea. Personalmente, nos parece un hermoso regalo para compartir, tanto con peques como el resto de la familia. Es un pequeño gesto que nos da alegría, nos hace cómplices …es de esos recuerdos que nos dibujarán siempre una sonrisa en familia.
¿Te atreves a incorporar este gesto a tu vida todos los días?